Yo soy de la opinión de que tanto niños como los padres necesitamos una educación paralela. No podemos pedir que los niños aprendan a “calmarse” en una clase de Yoga de 1 hora, y luego exponerlos a una vida diaria con mucho trajín y estrés sin mencionar que, cualquier estrés al que un padre o madre esté expuesto, el niño lo vive de igual manera. Es por eso que me decidí a ofrecer, a grupos reducidos, la oportunidad de tener un espacio donde introducir la “educación democrática” que la disciplina positiva ofrece y con uno de sus principios siendo “el respeto mutuo”. En estos talleres se introducen los conceptos a través de dinámicas y ejercicios prácticos, muchos de los cuales se usan casos de voluntarios que quieran trabajar y encontrar soluciones alternativas a lo que están usando en el momento. En estos talleres nos reunimos para formar una comunidad de personas con las mismas inquietudes y deseos de seguir “creciendo presentes”
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