Viernes, 1 de marzo 2019
En todas mis clases, bien sea de niños o adultos en formaciones, antes de hacer algún ejercicio de respiración consciente hablo de que «a continuación vamos a trabajar con un elemento mágico.»
Con esto enseguida capto su atención. Es cierto que cuando les desvelo que el elemento mágico es la «respiración» me miran un poco con decepción pero pronto vuelvo a captarla explicándoles el papel que la respiración juega en nuestras vidas, nuestras emociones y nuestras acciones.
Cuando hacía teatro me acuerdo que el director nos hacía hacer un ejercicio en el escenario donde nos sentábamos y simplemente respirábamos. Sin más. Sin hablar. Y la respiración, por sí misma nos llevaba a diferentes emociones. A veces nos reíamos, otras llorábamos, pero la respiración obraba su magia todas las veces.
Lo mágico de la respiración es que, a través de ella, podemos entrar en una emoción y también podemos gestionar una emoción que surja.
Con los niños, en particular, trabajar la respiración de una forma regular, en el día a día, ayuda en momentos de crisis. Esos momentos en los que su sistema instintivo toma las riendas de sus conductas (esto nos pasa a los adultos también claro).
Mi hija Aroa, que acaba de cumplir 4 añitos, desde muy pequeña ha tenido momentos en los que, cuando se frustra o se enfada, reacciona de maneras muy «instintivas», vamos a decir.

De más pequeñita se tiraba al suelo, se daba golpes a propósito para hacerse llorar y tiraba cosas, lo que estuviera enfrente suyo. Le suena a alguien? Y no hablemos de pegar….. Poco a poco, sus reacciones duran menos tiempo y son más razonables. Porque trabajamos a diario su gestión.
En casa intentamos seguir, siempre que podemos y nuestro propio sistema instintivo nos deja, uno de los principios fundamentales de la Disciplina Positiva: «Conexión antes que corrección.»
A continuación quiero mostraros un par de ejemplos de cómo gestionamos las rabietas de la más pequeña de la casa:
hasta en sus momentos más críticos, es fascinante. Aquí, a punto de ir a dormir me estaba
pidiendo caramelos.
He de decir, que entre que grabamos y todo, ya se ha ido calmando. No es fácil documentar en un momento tan delicado. Pero quise hacerlo, porque me pareció importante que, si hablaba de la magia de la respiración, poder probar cómo funciona de verdad en momentos como este, si se practica de forma regular.
Bueno, os voy a enseñar otro momento, en el que fue un poquito más difícil.
Una vez que está calmada ya podemos intentar hablar y su sistema prefrontal es más fácil de acceder.
A veces voy por la calle y veo un momento de «crisis» entre un niño y el adulto. El adulto, muy a menudo le dice al niño: «pero cálmate, relájate.» En ocasiones, hasta gritando. Y yo siempre pienso: «qué es cálmate, relájate?» Los niños y muchos adultos, no saben realmente cómo lograr esa calma y esa relajación que tanto deseamos todos. Por qué es tan difícil?
Los instintos primitivos y las emociones toman el control de las acciones con tanta frecuencia porque esas redes se activan en tan solo 125 milisegundos y en ese corto tiempo, ya han producido los cambios corporales necesarios para iniciar una conducta instintiva.
Sin embargo, el sistema prefrontal necesita más tiempo para activarse. Concretamente, necesita 500 milisegundos. Lo que quiere decir, que al principio, son meros espectadores. Es por eso que, tanto en niños como en adultos, muchas veces, los primeros milisegundos de acción, son inconscientes.
No os ha pasado nunca que os preguntais cómo es que habeis hecho o dicho algo que, normalmente, no aprobarais? «¿Por qué he dicho eso? ¿Cómo hice esto?» Bien, es algo muy humano. Y no hay que castigarse por ello, pero sí podemos aprender a gestionar esas reacciones.
Voy a compartir con vosotros como nosotros lo hacemos en casa:
en mi elemento en los videos. Es una inseguridad que estoy intentando trabajarme 🙂
En casa, practicamos ejercicios de respiración desde que Unai nació. Es fundamental practicar la respiración consciente de forma regular para que cuando les digamos en un momento de crisis «respira», sepan a lo que nos referimos.
Cómo se hace:
- Acordar en familia el comienzo de la práctica a diario.
- Acordar en familia el mejor momento para hacerlo ( para que no suponga otro motivo de estrés).
- Acordar en familia cómo se hará el ejercicio. Es decir, qué se usará. A nosotros nos gusta usar el chimes. Lo podeis encontrar aquí.
- Mientras escuchamos su armonioso sonido, respirar. Inspirar notando la tripita hincharse. Exhalar notando la tripita relajándose. Como veis, Eneko prefiere tocarse la tripita con la mano. De esa manera, él es más consciente de ese ejercicio.
- Acordar en familia, el tiempo que va a durar el ejercicio. Poner metas realistas, es mi consejo. Es decir, si no están acostumbrados a sentarse y respirar, no será muy razonable pedirles que lo hagan por 5min. Por eso, se puede decir que se puede tocar el «chimes» tres veces y ya está. A mi me gusta que ellos estén en control de las cosas en la medida de lo posible y por eso, tomamos turnos en el control del sonido y hacemos rondas. Ellos suelen decirme cuántas rondas quieren. Como digo, acordar en familia.
- La próxima vez que tengan una rabieta, o la tengas tu, acuérdate del ejercicio y trata de ponerlo en práctica. Si el niño o niña no puede conectar con la respiración, ayúdale practicándolo tu. Esto le ayudará a, poco a poco, interiorizar la práctica.
Cuando practicamos la respiración consciente de forma habitual estamos entrenando a nuestro cuerpo, nuestra mente y corazón. Con estos ejercicios le damos tiempo al sistema prefrontal a tomar control de la respuesta a un estímulo. Dándole tiempo, podremos estar más en control para responder en lugar de reaccionar.
Lo que es más importante, estamos dándoles herramientas que les servirán de por vida. Porque lo cierto es que, no siempre podremos «darles lo que quieran para que dejen de llorar y montar un espectáculo» o «dejarles llorar y patalear hasta que se cansen o aburran.» Pero sí podemos acompañarles y ser «la escalera que conecta las emociones e instintos con el sistema prefrontal.» Para que puedan prestar atención, razonar y seleccionar la conducta de una forma más adecuada.
Os animo a probarlo, al principio es posible que sea difícil para todos en casa, pero a la larga, merece la pena. Compartid conmigo vuestros trucos o prácticas también si así lo sentís. Y si tenéis alguna duda, aquí estoy.
Seguimos,


Es un buen método. Intentaremos ponerlo en práctica. Nosotros en momentos de crisis simplemente nos ponemos a su lado y esperamos que se calme expirado despacio. Eso suele gustarles pero bueno, no siempre funciona.
Gracias por las ideas y consejos.
Besos