Qué es el Yoga para niños y cuáles son sus beneficios

Qué es el Yoga para niños y cuáles son sus beneficios

¿Qué es el Yoga?

Yoga significa unidad, unidad de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu o corazón, unidad con los demás y con todo lo que nos rodea.

El Yoga es mucho más que un ejercicio físico y utiliza nuestro cuerpo para tomar conciencia de todo lo que pasa en su interior.

El Yoga promueve la salud física y la vitalidad, y en el entorno infantil se convierte en una actividad saludable y divertida.

¿Por qué es bueno que los más peques practiquen el Yoga?

En general,  el Yoga, estimula y desarrolla:

  • la coordinación
  • la calma emocional
  • la conciencia
  • la flexibilidad
  • la seguridad en uno mismo
yoga3años copy.JPG
yoga3 años.JPG
yoga3años2.jpg

Yoga fusiona el cuerpo y la mente, dando a los niños una visión clara de su fuerza, flexibilidad y bienestar.

El yoga fomenta la no-competitividad, en su lugar ayuda a ver la belleza dentro de cada uno, lo que fomenta la seguridad en uno mismo y la autoconfianza, ayudando a los niños a sentirse cómodos dentro de su cuerpo y consigo mismos.

Yoga es una práctica que ayuda a superar el estrés dando herramientas para que pueda reconocer el estrés cuando se presenta y las utilice para combatirlo y hacerlo desaparecer.

Muchos estudiantes sufren de ansiedad a la hora de presentar un proyecto en clase o durante los exámenes.  Yoga ayuda a disminuir el estrés que sufren en situaciones como estas o similares.

Beneficios del Yoga en los peques

  • Ayuda a que los niños/as tomen conciencia y aprecien los diferentes niveles que existen dentro de si mismos, al mismo tiempo que les enseña como mantenerse saludables desde el interior (física y emocionalmente)
  • Equilibra el ciclo de crecimiento y ayuda a eliminar las molestias, especialmente en periodos de crecimiento rápido, cuando el hueso tiende a crecer más rápido que el músculo.
  • Ayuda a alinear e incluso a dar forma al desarrollo de los huesos y los músculos del cuerpo, promoviendo una óptima alineación creando patrones de movimientos musculares saludables.
  • Reduce el riesgo de lesiones y ayuda en los deportes
  • Promueve la auto-disciplina y enseña la auto-relajación, ayudando con el sueño
  • Ayuda a encontrar un equilibrio entre alta y baja energía ayudando a encontrar un punto medio
  • Aumenta la capacidad de enfocarse y concentrarse calmando la mente
  • Fomenta la confianza en uno mismo, el respeto personal, el amor propio, la autoestima, la esperanza y la confianza.
  • Ayuda a liberar las emociones almacenadas
  • Promueve la comunidad y conexión en el aula
  • Fomenta la determinación, la perseverancia y el compromiso.
  • Promueve la comunicación positiva y la interacción social

Algunos de los componentes del Yoga:

Yama & Niyama, son básicamente los principios con los que guiamos nuestra vida.  Cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás.  En mis clases de Yoga trabajamos la inteligencia emocional para comenzar a cultivar el autoconocimiento y la empatía.

Las Asanas, son los ejercicios físicos con las posturas y Saludos al Sol.  Es con las Asanas con las que tomamos conciencia de nuestro cuerpo y lo que necesita.

Pranayama es la la práctica forma de la regulación de la respiración, que es la fuente de nuestra energía (Prana), o fuerza vital.

Pratyahara  es básicamente el acto de calmar los sentidos.  Es la sustitución de todos esos estímulos (TV, radio, vida social, extraescolares, teléfonos, tablets…) a los que estamos expuestos hoy en día y traer momentos de paz, silencio y recogimiento.

Dharana es la capacidad de la mente para concentrarse en un solo punto, objeto o tarea.  Es la atención, concentración que ayuda a evitar la dispersión.

Dhyana es un estado de meditación y éste surge de la concentración.

Todos estos componentes se trabajan de diferentes maneras con alumnos de diferentes edades, ampliando y formalizando la práctica dependiendo en dónde se encuentre el alumno.

Pero como yo soy de las personas que opinan que una imagen vale más que mil palabras y, además, pienso que no hay nadie como los niños para poder conectar desde el corazón y transmitir desde el interior, aquí os dejo unos videos en los que ellos explican qué es para ellos el Yoga y por qué lo practican:

Mandalas: una práctica de relajación y meditación ideal para niños.

Mandalas: una práctica de relajación y meditación ideal para niños.

Viernes, 12 de abril de 2019

Bueno, por fin llegaron las vacaciones. Este trimestre se nos ha hecho largo a todos: niños y adultos. Me encanta tener a los niños en casa porque, para mi, es una forma de volver a recuperar nuestro centro, nuestra conexión. Pero no nos vamos a engañar, también ocurre que estando tantas horas juntos, a veces se hace difícil mantener la armonía.

Otra cosa que ocurre en vacaciones es que o bien nos vamos de viaje o bien salimos más de lo habitual y eso hace que ellos puedan aburrirse más, dado que no siempre los adultos tenemos la opción de hacer lo que a ellos más les gustaría o necesitan. Las comidas fuera de casa con familiares o amigos, en donde hay tantos niños enganchados a «las pantallas» porque no tienen otro entretenimiento es algo que podemos ver de forma habitual cuando salimos a la calle. O el caso de entrar en un sitio y ver una pantalla enorme, mostrando imágenes o videos, a veces no muy apropiados para determinadas edades.

No nos falla nunca. A veces me sorprende que no se aburran de llevar siempre Mandalas. Es cierto que hay días que pintan más que otros pero muy rara vez hemos tenido que recurrir a «las pantallas» para que se entretengan fuera de casa.

Cuando salimos lo primero en lo que pienso es en lo que vamos a hacer y qué puedo hacer para mejorar la calidad de ese tiempo que van a pasar mis hijos supeditados a los deseos de los adultos. Ojo! Con esto no estoy criticando que hagamos cosas que deseemos los adultos. Bill y yo no tenemos ayuda con los niños. Quizás de vez en cuando salimos un rato solos mientras se quedan con una amiga, pero eso puede que ocurra una vez cada 4 o 6 meses. Entonces, para nosotros es importante que, aunque estemos todos juntos, Bill y yo podamos tener un momento de conexión. Y lo cierto es que se puede conseguir.

Aroa busca sus propios momentos de paz. A veces me la encuentro así. Con uno de «mis»cuadernos de Mandala.

Desde hace muchos años que uso una maravillosa herramienta que funciona muy bien con mis hijos. Cuando Unai era más pequeñito, al ser un niño más nervioso y movido y con una gran necesidad de atención, nos era muy difícil encontrar algo con lo que él pudiera encontrar su silencio interior, concentrándose y en paz. Pero empezamos a usar Mandalas en casa y todo cambió. A Unai, de pequeño no le gustaba pintar ni colorear pero con los Mandalas fue una conexión que fue ganando poco a poco. Al cabo de un año más o menos, ponías un Mandala delante de Unai y se concentraba al instante, coloreando con una tranquilidad y paciencia que no tenía para casi nada más. Tendría unos 4 años por aquel entonces. Hoy en día, una de las maneras en las que él encuentra su momento de silencio es coloreando. No le gusta pintar pero si le gusta colorear tanto Mandalas como otro tipo de dibujos que usamos con afirmaciones positivas.

Gracias a esta práctica, Bill y yo tenemos momentos para mirarnos a los ojos y conectar en pareja.

Para nuestra familia los Mandalas son otra de las herramientas que usamos con regularidad. Cuando vamos a salir, nunca lo hacemos sin Mandalas y pinturas. Parecerá increíble pero cuando vamos a un restaurante (generalmente siempre vamos donde nos conocen y saben de nuestras aficiones ;)) están los tres entretenidos y es un tiempo de calidad que Bill y yo aprovechamos para «arreglar el mundo, jjj.»

En mis clases de yoga usamos Mandalas como momento de relajación. Es un momento que ellos, mientras ellos se relajan, yo aprovecho para darles masajes. Ponen su nombre en su Mandala y cada semana pueden seguir coloreando un poquito. Cuando los terminan, se los llevan a casa donde los usarán con otra finalidad. No importa cómo los coloreen, lo importante es que lo hagan de forma presente, sin correr, ni para terminarlos y llevárselos a casa. Es como un ejercicio de meditación.

Es posible que estéis pensando cuál es la edad para empezar a pintar Mandalas. Bien, no hay edad. Aroa vio su primer Mandala en cuanto pudo sentarse en nuestras piernas. Al principio, bueno, os imagináis que pintaba «garabatos» pero creció viendo la rutina de hacerlos y poco a poco, ella solita encontró su conexión con ellos.

Qué es un Mandala? Bien, hay bastante confusión hoy en día al respecto. Aquí podeis encontrar información. Algo que sí os puedo decir es que un Mandala es abstracto, si hay una figura como animales, personajes de Navidad….deja de ser un Mandala. Por qué? Cuando ponemos en un Mandala una figura reconocible dejamos de ser creativos y coloreamos acorde con las normas culturales, con cómo nos han enseñado que esas figuras son.

En este video que veis aqui, muestro un poco cómo hacemos los Mandalas en casa:

No solemos ponernos tan ceremoniosos cuando hacemos esta actividad/meditación pero hoy quería grabarlo de forma que fuera más claro el procedimiento para los que comencéis con la práctica. El video, cortesía de Unai y siempre con música de mi gran amiga Cynthia Zak.
La música que ponemos siempre es o sin letra, o con mantras. Para que el foco de atención sea el ejercicio y no haya distracciones. Música que ayude a la atención y concentración.
Eneko quiso mostrar su ejercicio y, si escuchamos a los niños, es asombroso su interpretación e intención en este Mandala. El representó su versión del Yin y Yang. Oscuridad & luz.

PASOS PARA INTRODUCIR LA PRÁCTICA DE LOS MANDALAS:

Siempre intento que el entorno sea el adecuado. Que todo ayude a la práctica.

1.- Encontrar un libro o cuaderno de un tamaño más o menos acorde a la edad del peque.

2.- Enseñarle tres Mandalas en un espacio libre de distracciones y en ambiente de calma.

3.- Darle unas tres respiraciones conscientes para que pueda elegir el que más le llame la atención.

4.- Una vez que haya escogido, que se tome su tiempo para colorearlo poco a poco, sin prisa y escogiendo los colores con atención plena.

5.- Poner una música que invite a la calma y concentración.

6.- Que sea el niño el que decida cuánto tiempo quiere dedicarle a esta actividad.

7.- Cuando sea que termine el Mandala, recortar el círculo y colgarlo en una pared, a la vista de todos y, cuando paséis por esa pared, mirar el Mandala y respirar 3 respiraciones conscientes.

Es cierto que hay niños a los que no les atrae mucho colorear o pintar. Esto es como cuando muchos adultos dicen que no tienen tiempo para meditar. Esos son los que más se pueden beneficiar de la práctica. Lo digo con todo mi cariño. Con Unai, al principio no fue fácil. Pero entonces, lo que hacía al principio es que empezó como una práctica en familia. El adulto modela. Poco a poco, de forma natural y orgánica, van encontrando ese silencio interno que les ayuda a conectar con la práctica. Dar tiempo, ser constantes es para mi la clave. Como en cualquier otra práctica, el cerebro necesita de un tiempo para que el aprendizaje vaya asentándose y para que la conexión sináptica se haga más fuerte.

Os animo a que lo probéis estas vacaciones. Y si ya sois adictos a esta práctica, me encantaría escuchar vuestra experiencia y lugares en que la practicáis. No dudéis en dejarme un mensaje. Cualquier duda o consulta, estoy a vuestra disposición.

Feliz descanso y conexión en familia.

Y yo, a desconectar de la redes para conectar en familia.
«¡¡¡¡¡¡¡¡Mamá, se me acabaron las palabras!!!!!!!!»

«¡¡¡¡¡¡¡¡Mamá, se me acabaron las palabras!!!!!!!!»

Viernes, 15 de marzo de 2019

El sábado pasado me llevé un susto. Bill y Unai no estaban en casa. Eneko y Aroa estaban jugando en el salón de forma tranquila y arriba en mi habitación estaba yo dando los últimos toques a una clase que tenía que dar el domingo por la mañana. Llevaban ya un rato jugando y yo había bajado a supervisar de cuando en cuando.

De repente escucho un llanto profundo y pensé que alguien se había caído o hecho daño. Bajo corriendo las escaleras y me encuentro a Eneko llorando y agarrándose el pecho. Como puede me dice que Aroa le había mordido. Me enseña el pecho y veo toda la marca de los dientes de Aroa.

Los músculos se me tensaron y el corazón me empezó a latir con mucha fuerza y aunque en el momento no me da tiempo a razonarlo porque se ha puesto al mando de la acción mi cerebro reptiliano y su sentido de la supervivencia, la situación no es tan grave como he decidido de forma instintiva, que sea.

Rápidamente miro la zona afectada de Eneko y busco Lavanda para calmar la herida lo que, de manera indirecta, ya está calmando mis sentidos. Aún sigo afectada por lo que ha pasado y, aunque aún no lo sepa, lo que más me pesa es la culpa. Le pregunto a Eneko qué ha pasado y me dice que quería pintar con los colores de Aroa y ella le ha mordido.

Bajo a ver a Aroa y me la encuentro hundida en el sofa. Intento abrazarla para poder ver su cara, que la tiene escondida, aunque abrazarla en este momento he de reconocer que no es lo que más me apetece. Sigo enfadada y mis lóbulos prefrontales aún no han tenido tiempo de tomar el control y valorar la situación. Cuando consigo hacer contacto visual con Aroa, ésta se hecha a llorar de forma desconsolada. «Mamá, Eneko no me pidió permiso. No me pidió permiso!!!!». Cuando le pregunto por qué le mordió en lugar de hablar con él, me mira sorprendida y me dice:» No lo sé.»

Es en ese momento donde todo se coloca en su sitio en mi cerebro. Me doy cuenta:

1.- De que estoy enfadada conmigo misma por no haber sido capaz de prevenir el acontecimiento y desatender a mis hijos.

2.-De que llevo demasiado tiempo sin tener un momento de «calidad» con ella.

3.- De que Aroa se ha quedado sin palabras para llamar mi atención.

4.- De que llevamos un tiempo no siendo demasiado firmes con los límites y alternativas.

5.- De que Aroa me está pidiendo mi ayuda.

Aroa sigue llorando y me dice que el otro día se cayó en el trampolín y que se hizo daño, que luego Unai se tropezó encima de ella y un sinfín de sucesos que, al parecer, yo me he perdido. Hacemos juntas las respiraciones conscientes y luego vamos donde Eneko, que sigue tumbado en la cama ya más calmado. Ya, los tres reunidos hablamos de la importancia del uso de las palabras y el respeto hacia todos en casa. Pero como aún estamos un tanto afectados por la situación, sugiero que hablemos de ello en la reunión familliar. Y se van a seguir jugando.

Lo cierto es que como tenemos reuniones familiares regulares, una tabla de rutinas ya bastante bien establecida y trabajamos la autorregulación regularmente, es muy fácil ver cuándo no estamos siguiendo los pasos acordados para el buen funcionamiento familiar (o eso pensaba yo) pero lo que pasa cuando nos ponemos en «piloto automático» es que nos cegamos ante las señales que se nos mandan.

Qué se puede hacer en un momento así?

1.- Para mi, todo empieza dentro de uno mismo. Con lo cual, me hago un chequeo personal y lo hago a través de la meditación. Es lo que me permite conectar con mis emociones en una situación. Es cuando más capaz soy de alentarme en lugar de culparme y darme cariño en lugar de juzgarme. Este es el primer paso para encarar una situación difícil.

2.- Lo segundo es analizar cuál es el mensaje que me está mandando mi hija con esta conducta. Y en este caso, un día después de la situación, lo vi muy claro. Aroa me echa de menos. No que esté físicamente presente, sino con atención plena. Y, lo cierto, es que me doy cuenta de que este mes ha sido un mes de mucho correr y trabajar (inevitable a veces porque todos tenemos que ganarnos el pan, no?) pero no he dado atención de calidad a mi hija.

3.- Aroa ha mordido a su hermano en un impulso desesperado por tenerme cerca. Ojo, no estoy buscando una excusa para así evitar llegar a una solución, estoy intentando ver la creencia detrás de su conducta. Y en su cerebro reptiliano ha tomado la decisión de que la única manera de llamar mi atención es ésta. Para mi es importante validar sus emociones. Le digo que entiendo que estaba muy enfadada para haber hecho algo así, que yo la entiendo porque también me pasa a veces y buscamos una alternativa a «morder».

4.- Nos sentamos en familia y hablamos de cómo el hecho de que mamá esté más ocupada y perdamos ciertas rutinas han afectado el funcionamiento y buen fluir familiar. Con lo cual, volvemos a recordar todos (y digo todos porque yo he sido la primera en olvidarlos 😉 )cuáles son los límites, qué tipo de comportamientos no son apropiados y recordamos las opciones que tenemos cuando algo no nos gusta.

5.- Está bien recordar los límites y demás, pero siempre nos gusta acabar con una nota positiva y aquí he de decir que Bill me ayuda mucho porque él es capaz de ver cuándo yo más lo necesito. Entonces les digo que siento haber estado tan ocupada y que el a partir de la semana que viene retomaremos los «momentos de calidad» que tanto echan de menos. Pronto explicaré lo que son y cómo los hacemos en casa.

Después de mi clase, volvemos a sonreír todos. A esto aspiramos, a vivir en armonía y aunque no siempre es fácil, merece la pena el trabajo.

No es fácil compartir una experiencia difícil. Nos sentimos vulnerables y expuestos. Sin embargo, yo he decidido tomarlo como una oportunidad de aprendizaje en mi camino. Y al compartirlo mando un mensaje de aliento a todos los padres. A tantos que se acercan a mi y me comparten sus «errores».

Momento final de mi clase en la Formación de futuros «Profesores de Yoga para niños» de la escuela Om Shree Om con la que trabajo como colaboradora.

En la clase que di el fin de semana pasado, muchas madres me contaban su sentir de culpabilidad, su desesperación en determinadas situaciones y su sensación de apertura de conciencia después de la clase. Y ese es el primer paso y el más importante. Por eso comparto. Porque sigo cometiendo muchos errores y gracias a ellos sigo creciendo.

Y así es como suelen estar ellos, felices, los mejores amigos del mundo, verdad?

TIPS a usar en rabietas:

1.- Conexión antes que corrección

2.- Validar sus emociones

3.- Buscar la creencia detrás de la conducta

4.- Buscar soluciones

5.- Encontrar momentos de calidad

6.- Seguir trabajando la autorregulación día a día

El susto pasó pero, como es de esperar, momentos de estos aún quedan unos cuantos. Sin embargo, intentaré tener presentes las palabras de mi querida Marisa Moya «ocuparse, no preocuparse. No darle demasiada magnitud a la situación.» Y seguir recordando los acuerdos, límites para el mejor funcionamiento de la familia. Muy importante para poder seguir

La magia de la respiración

La magia de la respiración

Viernes, 1 de marzo 2019

En todas mis clases, bien sea de niños o adultos en formaciones, antes de hacer algún ejercicio de respiración consciente hablo de que «a continuación vamos a trabajar con un elemento mágico

Con esto enseguida capto su atención. Es cierto que cuando les desvelo que el elemento mágico es la «respiración» me miran un poco con decepción pero pronto vuelvo a captarla explicándoles el papel que la respiración juega en nuestras vidas, nuestras emociones y nuestras acciones.

Cuando hacía teatro me acuerdo que el director nos hacía hacer un ejercicio en el escenario donde nos sentábamos y simplemente respirábamos. Sin más. Sin hablar. Y la respiración, por sí misma nos llevaba a diferentes emociones. A veces nos reíamos, otras llorábamos, pero la respiración obraba su magia todas las veces.

Lo mágico de la respiración es que, a través de ella, podemos entrar en una emoción y también podemos gestionar una emoción que surja.

Con los niños, en particular, trabajar la respiración de una forma regular, en el día a día, ayuda en momentos de crisis. Esos momentos en los que su sistema instintivo toma las riendas de sus conductas (esto nos pasa a los adultos también claro).

Mi hija Aroa, que acaba de cumplir 4 añitos, desde muy pequeña ha tenido momentos en los que, cuando se frustra o se enfada, reacciona de maneras muy «instintivas», vamos a decir.

De más pequeñita se tiraba al suelo, se daba golpes a propósito para hacerse llorar y tiraba cosas, lo que estuviera enfrente suyo. Le suena a alguien? Y no hablemos de pegar….. Poco a poco, sus reacciones duran menos tiempo y son más razonables. Porque trabajamos a diario su gestión.

En casa intentamos seguir, siempre que podemos y nuestro propio sistema instintivo nos deja, uno de los principios fundamentales de la Disciplina Positiva: «Conexión antes que corrección

A continuación quiero mostraros un par de ejemplos de cómo gestionamos las rabietas de la más pequeña de la casa:

En un momento de rabieta, decidí grabarla porque su manera de conectar con la respiración 
hasta en sus momentos más críticos, es fascinante.  Aquí, a punto de ir a dormir me estaba
pidiendo caramelos.

He de decir, que entre que grabamos y todo, ya se ha ido calmando. No es fácil documentar en un momento tan delicado. Pero quise hacerlo, porque me pareció importante que, si hablaba de la magia de la respiración, poder probar cómo funciona de verdad en momentos como este, si se practica de forma regular.

Bueno, os voy a enseñar otro momento, en el que fue un poquito más difícil.

Aquí ella me está pidiendo algo que es muy razonable.  Ella quería jugar conmigo.  Pero en ese momento yo estaba ocupada y entonces ella respondió llorando y hasta pegándome un poco.

Una vez que está calmada ya podemos intentar hablar y su sistema prefrontal es más fácil de acceder.

A veces voy por la calle y veo un momento de «crisis» entre un niño y el adulto. El adulto, muy a menudo le dice al niño: «pero cálmate, relájate.» En ocasiones, hasta gritando. Y yo siempre pienso: «qué es cálmate, relájate?» Los niños y muchos adultos, no saben realmente cómo lograr esa calma y esa relajación que tanto deseamos todos. Por qué es tan difícil?

Los instintos primitivos y las emociones toman el control de las acciones con tanta frecuencia porque esas redes se activan en tan solo 125 milisegundos y en ese corto tiempo, ya han producido los cambios corporales necesarios para iniciar una conducta instintiva.

Sin embargo, el sistema prefrontal necesita más tiempo para activarse. Concretamente, necesita 500 milisegundos. Lo que quiere decir, que al principio, son meros espectadores. Es por eso que, tanto en niños como en adultos, muchas veces, los primeros milisegundos de acción, son inconscientes.

No os ha pasado nunca que os preguntais cómo es que habeis hecho o dicho algo que, normalmente, no aprobarais? «¿Por qué he dicho eso? ¿Cómo hice esto?» Bien, es algo muy humano. Y no hay que castigarse por ello, pero sí podemos aprender a gestionar esas reacciones.

Voy a compartir con vosotros como nosotros lo hacemos en casa:

Como veis, mis videos son muy caseros.  Unai nos estaba grabando y yo, bueno, no me siento

en mi elemento en los videos.  Es una inseguridad que estoy intentando trabajarme 🙂

En casa, practicamos ejercicios de respiración desde que Unai nació. Es fundamental practicar la respiración consciente de forma regular para que cuando les digamos en un momento de crisis «respira», sepan a lo que nos referimos.

Cómo se hace:

  1. Acordar en familia el comienzo de la práctica a diario.
  2. Acordar en familia el mejor momento para hacerlo ( para que no suponga otro motivo de estrés).
  3. Acordar en familia cómo se hará el ejercicio. Es decir, qué se usará. A nosotros nos gusta usar el chimes. Lo podeis encontrar aquí.
  4. Mientras escuchamos su armonioso sonido, respirar. Inspirar notando la tripita hincharse. Exhalar notando la tripita relajándose. Como veis, Eneko prefiere tocarse la tripita con la mano. De esa manera, él es más consciente de ese ejercicio.
  5. Acordar en familia, el tiempo que va a durar el ejercicio. Poner metas realistas, es mi consejo. Es decir, si no están acostumbrados a sentarse y respirar, no será muy razonable pedirles que lo hagan por 5min. Por eso, se puede decir que se puede tocar el «chimes» tres veces y ya está. A mi me gusta que ellos estén en control de las cosas en la medida de lo posible y por eso, tomamos turnos en el control del sonido y hacemos rondas. Ellos suelen decirme cuántas rondas quieren. Como digo, acordar en familia.
  6. La próxima vez que tengan una rabieta, o la tengas tu, acuérdate del ejercicio y trata de ponerlo en práctica. Si el niño o niña no puede conectar con la respiración, ayúdale practicándolo tu. Esto le ayudará a, poco a poco, interiorizar la práctica.

Cuando practicamos la respiración consciente de forma habitual estamos entrenando a nuestro cuerpo, nuestra mente y corazón. Con estos ejercicios le damos tiempo al sistema prefrontal a tomar control de la respuesta a un estímulo. Dándole tiempo, podremos estar más en control para responder en lugar de reaccionar.

Lo que es más importante, estamos dándoles herramientas que les servirán de por vida. Porque lo cierto es que, no siempre podremos «darles lo que quieran para que dejen de llorar y montar un espectáculo» o «dejarles llorar y patalear hasta que se cansen o aburran.» Pero sí podemos acompañarles y ser «la escalera que conecta las emociones e instintos con el sistema prefrontal.» Para que puedan prestar atención, razonar y seleccionar la conducta de una forma más adecuada.

Os animo a probarlo, al principio es posible que sea difícil para todos en casa, pero a la larga, merece la pena. Compartid conmigo vuestros trucos o prácticas también si así lo sentís. Y si tenéis alguna duda, aquí estoy.

Seguimos,

Creciendo, con ayuda

Viernes, 15 de febrero 2019

Me acerco a mi blog para publicar el que será mi primer post.  He de admitir que, a pesar de haber iniciado mi página hace unos meses, sentarme a escribir es lo que más me estaba costando.  No sé si os ha pasado a vosotros pero yo, aunque creo que tengo mucho que decir y aportar, me siento un tanto vulnerable y con cierta reserva de compartir lo que siento y pienso.  Siempre me ha gustado escribir y, de hecho, siempre he escrito desde que tengo uso de razón.  Aún conservo algunos de los diarios que, desde muy pequeña, escribí.  Pero, de ahí a compartir con otras personas lo que pasa por dentro me da una sensación de exposición que asusta un poco.

Sin embargo, este es el año en el que he decidido afrontar los retos más difíciles para mi, y este era uno de ellos.  Afortunadamente, tengo motivos muy bonitos para sentarme a escribir y compartir con vosotros, si os apetece, algunas de mis experiencias, herramientas y pensamientos.

Hoy, en concreto, vengo a compartiros un regalito que me llegó ayer de parte de mi compañera y amiga Coral Selfa.  Podeis encontrar su magnífico trabajo en www.mindalamindful.com 

Cualquiera que asiste a mis clases o lleva a sus hijos a mis clases, sabe bien lo mucho que me gusta tener «juguetes» como herramientas de acercamiento a los niñ@s y enseñar desde donde ell@s estén más cómod@s para recibir.  Y ayer me llegó una bonita «muñeca» Mindful para poder presentarsela a mis yogis. Cuando la vio mi hija Aroa se encariñó con ella rápidamente.

A mi hijo Eneko le llamó mucho la atención que YOMI (ese es su nombre) no tuviera boca.  Lo que creo, es un detalle muy bonito porque da lugar a abrir conversación.  Anoche hablamos de que a veces es bueno desconectar de los estímulos del exterior y conectar más con el interior que es lo que más nos va a ayudar a conocernos.

Coral explica que YOMI «acoge todas las emociones y que los niños no tienen que tener miedo a expresar cómo se sienten.»  Esto, a mi personalmente me parece muy importante, porque vivimos en una sociedad donde buscamos la felicidad, una emoción que se considera muy positiva, al mismo tiempo que huimos de la tristeza, por ejemplo, una emoción que se considera negativa.  Sin darnos cuenta de que todas las emociones, y también las negativas, cumplen una función muy importante en nuestra vida y que todas son igual de válidas.

Coral también me decía que también «hace un guiño a los niñ@s con autismo que tienen dificultad en entender las emociones.»

YOMI venía en una mochila de algodón natural y traía un folleto con ideas prácticas de cómo YOMI puede ayudar en casa y en clase en diferentes momentos.

yomi

Como suelo hacer con todas mis nuevas herramientas, primero la conoceremos en casa y veremos, con mis tres hijos, cómo presentarla en clase, pero he decir que nos ha gustado mucho.  Para los que os interese conocer a YOMI, en su página web podeis encontrarla.

En principio, os voy a dar un TIPS de cómo  yo voy a empezar a practicar con YOMI:

  • Cuando la vi, lo primero que pensé es que YOMI nos ayude a hablar de nuestras emociones. (Pronto os hablaré de otra herramienta que usamos en casa para hablar de las emociones).  Anoche, de hecho, ya nos ayudó a hablar de ellas.
  • Cuando hacemos nuestras respiraciones diarias, que ella nos recuerde y ayude a conectar con la paz interior.
  • YOMI nos ayudará a respetar el turno de palabra en las «reuniones familiares.» El que tenga a YOMI habla y los demás esperamos nuestro turno mientras escuchamos y respiramos conscientemente.
Creciendo presente nombre

Gracias Coral por este bonito detalle y por todo el trabajo que haces compartiendo tu experiencia y conocimientos con tanta gente.  Sigo      .